lunes, 18 de octubre de 2010

Esquematizando... (Esquemas de las notas de lectura)


Autor: Walter Benjamin

Ensayo: “El arte de narrar”

Tema: La narración

Problemática: El poder de la narratividad y la escasez literaria de la noticia.

Modo narrativo: Literario/Académico.



Autor: I.Calvino.

Ensayo: “Colección de arena”

Tema: Colecciones /coleccionistas/ el tiempo y la finitud humana.

Problemática: ¿Cómo trascendemos las barreras del tiempo? ¿Qué hacemos ante esto? ¿Qué nos motiva?

Modo narrativo: Literario.


Autor: I.Calvino.

Ensayo: “¿Por qué leer los clásicos?”

Tema: Literatura.

Problemática: ¿Por qué leer los clásicos?

Modo narrativo: Académico.


Autor: Jonathan Swift.

Ensayo: “Una modesta proposición”


Tema:
La pobreza y los niños pobres.

Problemática: ¿Qué hacer con ellos? Propuesta.

Modo narrativo: Académico/Literario.




Autora: María Negroni.

Ensayo: “Ir y venir”

Tema: Lugar de pertenencia/ Elecciones/ Sentido de pertenencia a un lugar determinado.

Problemática: ¿Qué motivación nos lleva a movernos?

Modo narrativo: Literario.


Autora: M. Horkheimer y T.Adorno.

Ensayo: “Aislamiento por comunicación”

Tema: La comunicación.

Problemática: La comunicación nos iguala aislándonos.

Modo narrativo: Académico.

Introducción al género ensayo. De Frankfurt a Dublín. (Notas de lectura de los ensayos)



Ensayo de Walter Benjamin: “El arte de narrar”

La propuesta ensayística elaborada por Benjamin, gira en torno a la problemática de la narración. Se refiere a esta como un arte. Mediante una historia narrada por Heródoto, ejemplifica el poder que puede llegar a tener una narración, miles de años después de ser elaborada. Compara las narraciones con las noticias, ya que estas últimas, se caracterizan por ser volátiles y efímeras en comparación a las anteriores. Concluye planteando que una narración bien lograda, es como una semilla que germina, aún miles de años después de ser plantada. La fuerza del relato persiste y trasciende las barreras del tiempo.

El modo narrativo usado por el filósofo alemán, es una prosa literaria brillante, al estilo de una escritura pulcra y estéticamente perfecta. Es una forma de elaborar un ensayo que ensamble dos géneros: el académico y el literario, ambos en perfecta conjunción.

Walter Benjamin habla del arte de narrar, nos indica como trascender la escritura, como provocar impacto en el lector, y como no caer en la banalidad de la noticia del día. Opino que Benjamin era un maestro en este arte y su breve ensayo es una muestra tajante de esto. Basta dar un breve repaso por su vida y su trayectoria como para despejar cualquier duda posible. Da placer leerlo, interpretarlo, y esto me hace comprender la merecida idolatría que le brindamos los hombres de izquierda.

Ensayo de T.Adorno y M.Horkheimer: “Aislamiento por Comunicación”

Adorno y Horkheimer podrían reunir todos los requisitos para ser considerados dos paradigmas de la crítica a la sociedad capitalista burguesa, haciendo hincapié en el tema de la comunicación. Estos intelectuales de Frankfurt plantean un problema hallado en el espectro comunicacional de la época que, sin dudas, podría trasladarse a nuestros días: “La comunicación aísla. La comunicación nos iguala aislándonos”

El objetivo maquiavélico de la comunicación es enviarnos mensajes vertiginosos, brindarnos la ilusión de que todos estamos unidos y conectados, pero al fin y al cabo, estamos más separados que nunca uno del otro. ¿Usted que haría si, mientras camina por la vereda, un extraño, sin previo aviso, se le abalanza para abrazarlo? Seguramente, correría espantado, lo empujaría o lo insultaría. Ese es un fiel reflejo de los tiempos que corren. Rechazamos el contacto físico con nuestros pares, ya que la comunicación se encarga de darnos esa “conexión” con nuestros seres queridos. No necesitamos ningún otro tipo de relación con los demás.

Aquella sensación de llevar a nuestros afectos con nosotros siempre, o de sentirlos cercanos mediante unos simples caracteres en un celular, aunque se encuentren a quilómetros de distancia, generan, en realidad, aislamiento.

Mediante un modo narrativo académico y explicativo, Horkheimer y Adorno concluyen en que, en ciertos momentos, se refleja esta igualdad lograda. Dan el ejemplo de las vacaciones: allí se nos brindan paquetes turísticos a todos por igual, y los aceptamos, nos sometemos a esta igualación con pleno consentimiento.

En este ensayo, ilustran de manera brillante su postura contra el aislamiento humano. Creen en la igualdad, ya que pretenden una sociedad sin clases. Pero aspiran a ver una comunidad igualada desde la fraternidad y el socialismo, y no desde la soledad y el rechazo a nuestros semejantes. Sus sueños se han mantenido, han mutado, se han camuflado, pero pese a todo, permanecen. Eso, según mi parecer, es un alivio.


Ensayos de Italo Calvino: “Colección de Arena” y “¿Por qué leer los clásicos?


Italo Calvino fue un especialista en el arte de atrapar a sus lectores, a través del uso de un modo narrativo innovador, a veces complejo, pero magistral al fin.

En su ensayo “Colección de Arena”, Calvino analiza cuestiones tales como: la motivación que puede girar en torno a la decisión de una persona de comenzar una colección, la finitud del tiempo y de los seres humanos, la complejidad de los objetos coleccionables y las sensaciones diversas que generan, entre otros. Establece la problemática a raíz de la colección que le resultó más enigmática y única: la colección de arena.

Algunas se le volvieron graciosas, cuando en la teoría podrían haberle resultado pavorosas, como era el caso de una colección de máscaras anti gas. Otras, todo lo contrario, pasaron de alegres a terroríficas, como le pareció la colección de objetos del ratón Mickey.

Algunos se le escapaban entre los dedos, cual si fuesen arena, ya que le resultaban imposibles de interpretar con certeza: una mujer que clasificaba momentos de su vida en libros etiquetados.

Ilustra mediante la colección de arena, como los seres humanos buscamos agrupar momentos del pasado, ya sea colocando arena en un frasco o de cualquier otra forma, y los trasladamos al presente, para intentar crear una sensación de inmanencia, sentir que vencemos al tiempo, creernos inmortales.

Aquellas imágenes queridas apiladas una sobre la otra provocan esa sensación de fantasía que nos intenta relatar Calvino, y que logra de manera maravillosa.

En el ensayo ¿Por qué leer los clásicos? El escritor italiano se calza el traje de crítico literario y adopta una prosa más cercana al género académico y explicativo. EL problema esta planteado de antemano en el título, y la temática gira en torno a la literatura.

Se debate entre las diversas justificaciones que podrían elaborarse respecto a por que motivo leer los clásicos de la literatura ( por recomendación, por gusto, en reemplazo de otras lecturas, por prestigio, por obligación, porque sí, etcétera)

Concluye en que los clásicos deben ser leídos, por el solo hecho de haberse consagrado como tales, pero no por eso deben ser subidos a un pedestal. Debemos respetar el hecho de que son “una lectura más”, no son LA lectura por excelencia. Debemos respetar su prestigio, pero no sentirnos presionados a leerlos tan solo por la carga social/cultural que tienen. Nos enriquecemos, pero de la misma forma que lo haríamos con cualquier otra lectura. Todo a su tiempo. Tampoco debemos reemplazar nuestros fanzines o nuestros cuentos de Fontanarrosa por obras de Shakespeare o Dumas.

El tiempo, sabio e ingrato maestro, sabrá depositarlos en el momento justo ante nuestros ojos.

Ensayo de Jonathan Swift: “Una modesta proposición”


Si alguien me pediría que elija a un maestro en el arte de la sátira social y política, el primero que se me vendría a la mente sería Diego Capusotto. Sin duda por una cuestión de cercanía y cariño, mezclados con admiración. También podría citar programas como “Monty Phyton” o “Cha Cha Cha”. Pero sin dudas, puedo afirmar que ninguna de estas expresiones podría haber existido si Jonathan Swift jamás hubiese pisado este planeta.

Un maestro de la crítica social ácida. Atacó como nadie a su Irlanda natal y a la sociedad de la cual formó parte. Su pluma rozaba la obscenidad, pero se mantenía estética y fina, digna de un Sr. Inglés. Podríamos compararlo con algunos escritores contemporáneos como Bucowski o Burroughs, pero serían simples fantasías de un erudito. Swift fue único, y no hay punto de comparación con ningún otro literato.

Su obra más celebre es “Los viajes de Gulliver”, donde hila fino en aspectos criticables del género humano. Sin embargo, donde podemos observar con mayor claridad su mirada cruda e irónica tal vez sea en su ensayo “Una modesta proposición”.

Es aquí donde Swift hace gala de sus dotes de escritor, paseándonos por sus pensamientos críticos de la manera más elegante posible. Se codea con la crueldad y el desagrado, pero sabe detenerse justo antes de caer en el abismo del mal gusto. Nos centra en un tema que, pese al paso del tiempo, no nos es ajeno: la pobreza y, fundamentalmente, los niños pobres. Apunta a una problemática: qué hacer con ellos. Brinda una solución: comérnoslos.

Con este simple e irónico proceso, Swift propone eliminar de raíz el problema de los niños pobres de las calles, e incluso sacar rédito económico de esto. Nos hace reflexionar: ¿Son tan distintos las miradas de aquella época, que le provocan tamaña repulsión a Swift como para que escriba aquel ensayo, de las miradas de hoy en día? ¿Hemos evolucionado respecto al manejo de los problemas de los pobres? ¿Tomamos conciencia y pusimos manos a hablar? ¿Nuestro discurso dice una cosa, mientras nuestro accionar refleja otra? ¿La solidaridad prevalece por sobre el egoísmo? Algo me dice que Swift ya se hizo esas mismas preguntas y muchas otras más, en el momento en que escribió las primeras líneas de su ensayo. Pienso que aún se las esta haciendo, en algún remoto lugar. Quizás la función de sus textos sea la de disparar preguntas, y no la de responderlas. Necesito un respiro y voy a tenerlo: empezó Capusotto.


Ensayo de María Negroni: “Ir y venir”

La escritora argentina nos relata, mediante una escritura pulcra y literaria, cual si fuera su diario íntimo, su historia de vida. Narra las motivaciones que la llevaron a desplazarse de un lugar a otro: New York – Argentina – Europa – New York.

Plantea el problema de la pertenencia a un lugar determinado. Argumenta respecto a como podemos modificar nuestro esquema de pensamiento con tan solo un cambio de aire. Establece como pueden repercutir en nosotros los cambios de la misma ciudad donde fuimos una vez y hemos vuelto: pueden enamorarnos o defraudarnos. Todo el tiempo aborda, a grandes rasgos, el tema del lugar y las elecciones que nos llevan a este (ya sean propias o ajenas).

Concluye su ensayo con un mensaje de aliento: no bajemos los brazos, ya que siempre se puede luchar. Su experiencia y sabiduría le dan avales como para poder hablar de la resistencia. Se la percibe firme y dispuesta a dar batalla a lo que sea. Quizás producto de su estilo de vida nómada, tal vez por los malos momentos que supieron curtir su ser. Queda en nosotros tomar o no su consejo. Tal vez todos necesitemos un cambio de atmósfera en algún momento de nuestra vida.


Aprender, molestar, ENSAYAR. ¿Qué se yo sobre el género ensayo?


Siempre me consideré una persona gustosa por saber. Me encanta aprender. No lo considero ni bueno ni malo, ni pretendo que me idolatren o critiquen por esto. “Que la historia me juzgue”, como alguna vez dijo alguien tristemente célebre.

Algunas veces aprendí con desgano, no lo niego. Muchas cosas las tome por obligación, por imposición, o porque no tenía otra alternativa. El género ensayo no es alguna de aquellas materias aprendidas a la fuerza.

Antes de leer los ensayos que me pidieron en el taller, no me consideraba un entendido en el tema. Hoy, después de haberlos leído, sigo sin creerme un experto, pero considero que se algo más. Veía al ensayo como un escrito que expresaba ideas, planteaba problemas, tomaba porciones de la realidad y las criticaba, las desmenuzaba hasta empantanarse de tal forma, que ya era imposible escaparle a la polémica. Siempre fue un género de mi agrado, ya que amo la argumentación y me encanta molestar. Sí, considero que el ensayo molesta en el buen sentido de la palabra. Molesta al poderoso, denunciando sus abusos y su corrupción. Molesta al soberbio, tirando abajo sus conceptos y demostrándole que no se las sabe todas. Molesta al filósofo, forzándolo a contrarrestar nuestra postura. Molesta a cualquier persona que lo lea, por el mero hecho de obligarlo a asentir nuestra postura o a criticarnos hasta el cansancio.

Difícilmente haya grises a partir de un ensayo. En general, se encargan de convertir a tus lectores en amigos o enemigos. Por esta razón aprecio tanto al género: no veo texto más penetrante en la esfera social que estos. Por esta razón lo admiro, ya que mis metas en esta vida serían imposibles de realizar si no me sumergiera en todo ámbito social, y que mejor herramienta que el ensayo para bucear en aquel enorme océano.

Estoy aprendiendo a ensayar. Ya comencé a molestarte.

domingo, 17 de octubre de 2010

"Escrito en movimiento"



Para los q les interese mi ideas, o para los q simplemente quieran un nuevo espacio de insulto, les presento minuevo blog :)

http://escritoenmovimiento.blogspot.com/

ya proximamente se encontrara en mejores condiciones visuales. Por lo prono, degusten los platos que ya he servido en la mesa de la literatura. Salute y buenas vibras gente!!!

jueves, 14 de octubre de 2010

“Notas acerca de los viajes” (Nota de lectura sobre Una metáfora viva, de Celia Guichal.)



“Hay palabras que tienen la capacidad de despertar imágenes”.

El viaje es una de ellas, nos manifiesta Celia Guichal en su texto: “Una metáfora viva”.

“Quizás la metáfora del viaje está viva porque remite a imágenes pensables en este tiempo. Luego ocurre esa extraña paradoja de la cinta de moebius: de pronto estamos del otro lado”.

Es verdad lo que la autora proclama. Quién no se imagina carabelas surcando bravos océanos de sólo pensar en el viaje de Colón rumbo a las Indias, o mulas fatigadas y granaderos moribundos de frío al recordar la gesta épica del General San Martín cruzando los Andes.

“Todo viaje implica nombrar. Nombrar es ordenar. Un viaje necesita un mapa. Los viajes contienen esa tensión entre mapa y territorio. Se prevé un itinerario, pero en un verdadero viaje siempre ocurre otra cosa, aunque se cumpla el recorrido previsto.”

Aquí la escritora da en el clavo, cuando nos habla de los planes del viajero. El viaje realmente no habría valido la pena si se hubiera basado en un perfecto recorrido de ciertos puntos, y no se haya roto ni siquiera un ápice esta rutina. Las sorpresas, los imprevistos, y los descubrimientos, son los que en verdad coronan a esas experiencias como tales.

Muchos coinciden en regresar y narrar. Contar lo vivido en la experiencia, revivir y transmitir aquello que oímos y vivimos. Nuestras vivencias pueden servir de ejemplo, podemos ser admirados y dejar atónitos a nuestra audiencia, como también podemos ser lapidados y despreciados por nuestro público, acción totalmente válida. Lo rico del asunto es transmitirle a un tercero nuestro viaje por medio del relato escrito.

“El viaje puede ser pensado como una forma de conocimiento”.”Para viajar no se necesitan grandes distancias geográficas: se necesita reconocer, o por lo menos intuir, una frontera”.

Conocer un nuevo lugar, gente desconocida, o simplemente, redescubrir lugares, personas, sensaciones. No es imprescindible trasladarnos físicamente, sino más bien, aprender a ver. Desplazarnos a través de la mente, la percepción y la sensibilidad. Auto-conocimiento: conocernos a nosotros mismos es otra de las alternativas que pueden surgir. Todo eso y más puede conseguirse en un viaje, sea a una tierra lejana o al patio de nuestra casa.

“Viaje y escritura no sólo comparten una modalidad de conocimiento: la escritura puede ser una forma de viaje”.”Escritura y viaje son dos formas posibles de aprender a ver”.

¿Quién no se sintió alguna vez arrastrado por la corriente de la creatividad a la hora de sentarse a escribir? ¿No es acaso esa sensación una forma de viajar? Tomamos una idea, un pensamiento, o sólo improvisamos y nos dejamos llevar. Nos sentimos seres salvajes y desbocados, nos olvidamos por un momento de la razón y la lógica, y somos uno con la escritura. Descubrimos paisajes, olemos, desenmascaramos y no aproximamos a la verdad, a nuestra propia visión de las cosas. También confrontamos con expertos, genios, pensadores, los refutamos, los admiramos. Acerca de todo eso escribimos. De esa forma viajamos. El que diga lo contrario, o que nunca haya percibido esa vorágine sensacional, es un mentiroso.

Celia Guichal expresa que todo viaje llega acompañado de relatos previos, son indisociables de la lectura. Además, los tipos de escritura que convocan al viaje, están ligados a estos, es decir, dependen de la forma en que hayamos elegido viajar. Un exiliado no narrara su viaje de la misma forma que lo podría hacer un turista, un inmigrante, un investigador o un misionero. Su impronta personal definirá el estilo literario y cargará de sentido al relato.

Concluye su texto con la siguiente cita, que me parece por demás, acertada y nítida:

“Hay personas viajeras; hay personas que se descubren en viaje y luego deben tomar la decisión de continuar el camino. Siempre hay momentos de decisión en el viaje, y momentos de despojo. Algo queda atrás.”

Debemos aprender a viajar. Tomar el ejemplo de viajeros antiguos, como Ulises o Marco Polo, quienes hicieron historia de sus viajes, y no conformes con eso, transformaron su experiencia en un relato que fue más allá, trascendió sus propios límites, y caló hondo en las generaciones siguientes. También nosotros podemos. Viajar, conocer, descubrir, sentir, y luego narrar, repensar, elegir, decidir, y transformar. Un viaje no es un simple traslado, es mucho más que eso. Es un constante despojo: dejo esto y elijo esto otro. Queda en cada uno de nosotros contar con la fortaleza suficiente para ser capaces de elegir el camino correcto y luego no arrepentirnos de ello. Abramos nuestros ojos, destapemos nuestras mentes y dejémonos llevar por ese espíritu viajero que todos llevamos dentro. No necesitamos armar las valijas, o trazar gigantes mapas de los siete mares. Ya contamos con todas las herramientas necesarias, solo hay que saber donde buscarlas.

miércoles, 13 de octubre de 2010

"Perdón mi Comandante" (Texto argumentativo referido a la Toma de la Facultad de Cs.Sociales)


Perdoname Ernesto, te fallé. Me permito tutearte porque te considero un par, ya que salvándolas distancias, nos considero a ambos revolucionarios. Diferencias hay, por empezar, puedo decir que vos te inmortalizaste muriendo por un ideal, al que jamás renunciaste. Yo, en cambio, soy un simple mortal que escribe estas líneas. Los dos compartimos sueños, metas, proyectos de vida, de país, de mundo. No renunciamos ni nos rendimos ante la adversidad, el peligro o ante ningún adversario. Vamos hasta la victoria, siempre.

Lo lamento mucho Ernesto, te pido perdón por haberte fallado. Sé que en mi lugar jamás habrías renunciado a la lucha, pro por favor, quiero que entiendas mis razones. No considero que todo esta perdido, pero creo que llegó el momento de cambiar de táctica. Lo más bien como barajar y dar de nuevo, en vez de renunciar y escondernos bajo la mesa sanos y salvos. Reacomodar el timón y partir en busca de nuevos horizontes, pero bajo la mima bandera, la de la lucha y el reclamo.

Sostengo con firmeza que, si ocuparas mi posición, la de estudiante de la facultad de Ciencias Sociales tomada hace ya más de cuarenta y cinco días, te manifestarías a favor de la medida, apoyando la herramienta de lucha, dándole fuerza a la protesta y teniendo fe. En mi lugar, puedo decirte que veo las cosas de una manera distinta. Como te mencionaba antes, sostengo que habría que volver a pensar todo este asunto, ya que se comprobó que a más de un mes de toma, las cosas no han mejorado radicalmente como se exigía, y han surgido nuevos conflictos, a saber: compañeros que no cursan, aulas vacías, la institucionalidad rota, materias a riesgo de perderse, compañeros que no cursan, compañeros que no cursan.

Es un tema muy grave la perdida de clases, ya que se detiene la enseñanza de contenidos y se paraliza nuestra formación académica, con el riesgo de retrasarnos en nuestra carrera rumbo a la Licenciatura. Esta bien Ché! Me vas a decir ahora que cómo vamos a volver a las clases, sabiendo que las condiciones para cursar edilicias, de seguridad y de higiene) son infrahumanas y ponen en peligro nuestras vidas. Te contesto que soy consciente y que no pretendo tolerar esto, porque te recuerdo, soy un revolucionario igual que vos. Lo que pienso es que, podemos volver a clase, y pensar otras nuevas herramientas de combate. Aún podemos darle batalla al decanato! Esto no debe ser algo tan polarizado como lo vivimos hoy en día, al estilo de: NO clases hasta tener el edificio, o hasta que no se levante la toma no les vamos a dar lo que piden.

Pienso que alguien tiene que ceder y que los grises, gracias a Dios, aún existen. Pongamos todos los elementos en una balanza y equilibrémoslos. Las clases deben retomarse, y la lucha por nuestras reivindicaciones debe seguir. Algo se consiguió: poner en debate cuestiones que mucho estudiantes habían olvidado. También, pudimos observar que se utilizaron metodologías de reclamo erróneas, que solamente desprestigiaron a la conducción estudiantil. El más grave hecho, según mi parecer, la violenta irrupción en el Ministerio de Educación del día miércoles 13 de octubre. A mi parecer, confunden la democracia con la imposición, y no ganamos nada, al contrario, nos perjudicamos. Queda en nosotros reacomodar las piezas, y volver a encajarlas en un lugar distinto.
Te pido perdón Comandante porque, seque a tu parecer estoy rindiéndome ante el enemigo. Yo creo que estoy reacomodando mi foco, para asestar un nuevo golpe aún más fuerte!

domingo, 10 de octubre de 2010

Inspiración...


Hoy no estoy inspirado. El aire del tren me desvela, me paraliza, pero al mismo tiempo me calma. Fuerzo una y mil veces el papel, aprieto la pluma, pero no sale nada . No hay frase alguna que valga la pena, porque hoy no es mi día y así me predispuse. Me motivo a que hoy no será la tarde perfecta, la noche tan ansiada, aquel amanecer soñado. Pero ¡Momento! Las palabras salen, mis manos aún funcionan y escriben. Mi cabeza piensa, mis ojos ven. Mi corazón aún siente, mis oídos escuchan. Aparecieron más frases de las que pretendía. Quizás la falta de inspiración sea la fuente perfecta . Ya está. Encontré mi musa en este día nublado.

viernes, 8 de octubre de 2010

Cadaver de ninio...




"...Keep your hands off my little boy
is the neverending story of my hole life.
Quisiera explicarte lo que ustedes no,
tan solo un momento entre el que fui y yo
tus manos estan hechas para acariciar
que no las robe el hombre para matar,
tu boca aunque cayosa no se calle mas
tus pies has que caminen hasta el final.
Todo lo que pasaste y todo lo que te han hecho y todo lo que te han dicho,
aun yo me acuerdo de vos.
Aunque te cueste la vida, aunque caiga quien caiga
no estas ciego ni mudo ni sordo aún..."



BBK

martes, 5 de octubre de 2010

We can be heroes! ( Nota de lectura “El héroe de las mil caras” Joseph Campbell. )


“I
I will be king
And you
You will be queen
Though nothing
Will drive them away
We can be heroes
Just for one day”

“Heroes” David Bowie.


Campbell, básicamente ,entrelaza conceptos referidos a los mitos, con el psicoanálisis. Sienta en el diván a la mitología. Nos menciona la idea del inconsciente como algo peligroso, que atenta contra nuestra seguridad consciente que armamos con tanto cuidado. Sus señales son como alarmas dispuestas a perturbarnos, a desordenar nuestro supuesto “orden”.

Las respuestas que antes nos daban los mitos, ahora nos las intenta dar el psicoanálisis, calando hondo en el inconsciente de los sujetos. La modernidad dejó de lado al relato mágico que explicaba el descubrimiento el fuego, o el día y la noche. Ya no eran explicaciones aceptadas.

Otro concepto tomado por el autor es el de amor fati. Quién lo utilizo, y de manera magistral, fue Nietchze, y lo vemos reflejado en sus escritos:
“Mi fórmula para la grandeza de un ser humano es el amor fati: que uno no quiere tener nada a ser diferente, no hacia adelante, no hacia atrás, no en toda la eternidad. No sólo tener lo necesario, y menos aún disimularlo-todo idealismo es mendacidad frente a lo que es necesario, pero les encanta.”
Es , en teoría, amar al destino. No temerle a la muerte ni a la incertidumbre, sino tomarlos como trampolines a la aventura. Incentivarnos con la idea de que somos héroes y nosotros podemos ante la adversidad. No caer, sino levantarnos, y con el doble de fuerza, ya que si se perdió una batalla, aún podemos ganar muchas más. No desear nada más que el sólo hecho de existir, de caminar y transitar la vida. En base a esto, desarrollarnos como héroes de piel y huesos.
Concluyo en que el autor nos quiere advertir acerca de los peligros de la vida, y trata de desmitificar un poco la realidad. Un héroe verdadero no le teme a nada, y todos podemos ser uno de aquellos personajes míticos. Todos podemos ser héroes, al menos por un día, como dice la canción.

lunes, 4 de octubre de 2010

"Rendirse Jamás" (Nota de lectura de "Bolivia Insurgente")


“Los tiempos se dividen en dos, desde lo ancestral más profundo: los tiempos de lo cotidiano y los tiempos de la fiesta, del juego y del arte. Y las luchas cuando son pujantes son realmente parecidas a las fiestas”

Leo y releo y todo me resulta claro, nítido. Debemos seguir adelante, no rendirnos jamás, y pensar que, aunque a veces nos parezca difícil, se puede. Aún hay más posibilidades si nos unimos y si somos muchos. Mientras más, mejor y más afianzada será nuestra fuerza como pueblo. Leo Bolivia y lo asocio al instante con algo que, a veces olvidamos, otras veces disfrutamos, perola mayor parte del tiempo, por lo menos para los porteños, nos pasa de largo: hablo del mar. ¿Cómo será vivir sin mar? Preguntémosles a ellos, como también se me ocurren muchos otros interrogantes: ¿ A qué se debe el maltrato a la mujer? ¿Por qué razón el culto pagano a la justicia por mano propia? ¿Clientelismo VS Movilizaciones sociales?

El panorama en el territorio Boliviano esta muy alejado de ser un paraíso. Aún faltan miles de cosas por solucionar, pero, como nos recuerda aquel viejo refrán, la esperanza es lo último que se pierde. Frase vacía y usada, pero alentadora.

Los testimonios no ilustran el lugar. La brecha entre ricos y pobres es enorme. Las protestas abundan. Los movimientos sociales no lograron alcanza a una totalidad suficiente para generar un cambio. Sin embargo, deberíamos valorar lo positivo, la manifestación, las voces que, por pocas que sean, se hacen oír y no se callan ante el poder.

La gente jamás se detiene. Trabajan casi sin descansar, caminan millas y millas de un lugar a otro, y pese a toda dificultad, conservan la sonrisa. Tal vez con este último comentario me juzgarán de conformista, me dirán que considero la pobreza digna, que creo que se puede ser feliz siendo pobre y marginado. Se equivocan. Valoro el ánimo en el sentido de reclamo, la protesta, el grito desesperado de auxilio, la lucha, siempre bajo la bandera de la paz, el respeto y la justicia. De otra forma no creo que el cambio sea posible. Me entusiasma la alegría, pero eso no justifica la exclusión. La marginalidad se debe terminar, y felices aquellos que tienen el valor de gritar BASTA!

"Oda a Walsh" (Nota de lectura de las crónicas de Rodolfo Walsh)


No se hace mención al momento exacto en el cual, Rodolfo Walsh emprendió su viaje a la provincia de Misiones. Sin embargo, todos los que caemos rendidos a su prosa podemos imaginarlo. Ocurrió a fines de los sesentas. Al comenzar a leer, ya logramos divisarlo con el pelo ensortijado, su ceño fruncido, sus enormes gafas negras y un cigarrillo en la mano. Quizás con su antigua cámara colgando de su cuello, retratando el paisaje para observarlo con mayor nitidez. Tal vez con su anotados de espiral, tomando notas de todo lo que sentía y escuchaba. Walsh anotaba: hambre, desgracia, crisis, desocupación, injusticia, insalubre, abuso, desilusión. Rodolfo veía: sueños, promesas incumplidas, historias maravillosas, sufrimiento, desesperanza, agobio, incomprensión.

No podríamos dudar ni un segundo: Rodolfo Walsh había pisado los suelos misioneros y dejó su inconfundible huella. Con tan solo un par de frases compone un impactante panorama de la Misiones que le tocó vivir. Nos dibuja una obra de arte descriptiva que todos podemos apreciar. Sentimos, oímos y palpamos la desolación que pudo percibir.

“Parecería que no se puede descender más. Pero se puede. Por debajo del agobio de los pequeños colonos se extiende, casi insondable, el hambre y la desesperanza de 25.000 peones rurales”.

“Cuatro pares de brazos levantan al sol, como una ofrenda, la ponchada de yerba, la gran riqueza de Misiones construida sobre un mar de sufrimiento”.

Con su pluma reflejó la lucha de un pueblo por no sucumbir. La persistencia de peones rurales que no se rindieron ante la adversidad. Dentro de estos, miles de inmigrantes que multiplicaron la población. Arribaron llenos de sueños y luego, se les volvieron añicos. Walsh también nos refleja este cuadro con algunas pinceladas de su palabra:

“La forma en que llegó aquí Shigemori Matonaga resume la forma en que llegaron los demás. Campesino en la provincia de Niasaki, era dueño de cuatro hectáreas. Le ofrecieron treinta en la remota Misiones. ¿Misiones? (...) Lo que no le dijeron fue que la mitad de su chacra estaba cubierta de monte, que las piedras que afloran en la tierra harían trizas las rejas del arado, que las lluvias arruinarían una y otra vez su cosecha de tabaco. (...) Tres años después mira contrito en grabador Hitachi en que va quedando estampada la historia de su desilusión”.

Avanza el inmortal Rodolfo por la selva misionera, y se topa con un personaje que lo sorprende. Horacio Quiroga, amado y odiado por la gente del lugar. Uno de los paradigmas del escritor ejemplar, y al mismo tiempo, del pueblerino internado en la provincia mesopotámica. Con su muerte se acalló la voz que mejo retrataba la vida del lugar, pero las historias sobrevivieron. Esto último fue advertido por el oriundo de Choele-Choel:

“Sí: las historias existen y no hay más que pararse a escucharlas. Pero un oyente como Horacio Quiroga tardará en nacer, si es que nace”.

Al finalizar mi lectura me detengo unos instantes a pensar en silencio, y se me viene a la mente un pensamiento esbozado por el filósofo Jean Paul Sartre. El existencialista francés decía que , en este mundo repleto de hambre y sometimiento, en esta tierra rebosante de miseria y desigualdad social, escribir era una total perdida de tiempo. El hoy requiere acción y no palabras. La escritura no es un arma digna de tomar. No es una herramienta de cambio.

Respeto y admiro mucho a este intelectual, pero me considero digno de atreverme a refutar sus dichos. Le comento a JP que sostengo que si usáramos las palabras con el sentido que las utilizó Rodolfo, cargándolas de crítica un mensaje revolucionario, y sumado a esto, le agregamos la belleza y la claridad de su prosa, concluyo en que no hay acción más productiva que esta. Porque si renunciamos a la escritura por considerarla inútil, no privaríamos de recibir centenares de historias y vivencias que despierten en nosotros acciones. La palabra puesta en el momento justo es un arma. Un arma positiva. Le pregunto a Jean Paul, si es que puede escucharme, ¿Escribir un mensaje que trascienda e impacte en los demás no es acaso una acción más que digna?

Quiero creer que el filósofo no leyó “Operación Masacre”, no conoció ANCLA, ni compró jamás el diario “Noticias”. Si esto es así, entonces entiendo su pensamiento en contra de la escritura. Es comprensible manifestarse en contra de algo que nunca conocimos.

Finalizo recomendándole estas lecturas a Sartre, aunque sé que llegue un par de años tarde ,y concluyo mi alabanza al escritor más sufrido diciendo: ”Walsh, vos si que tenías la palabra justa”.
 
 
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