Pensar la historia como no se espera que sea contada. Ocultar algo, para atrapar al lector. PENSAR el viaje. Cómo se puede representar un viaje con una historia. ¿Viajar con un sueño? Pensar que todo es un sueño. ¿Nuestras vidas son soñadas por alguien o nosotros las vivimos?¿ Qué es real y qué es fantasía? ¿Existe la perfección? ¿Alguien me puede explicar que es todo esto?
Un hombre, o una mujer o un niño, aún no lo tengo definido, sueña y se sumerge en una gran duda: ¿Qué es lo verdadero? ¿ Lo que sueña o lo que vive al despertar? ¿O será tal vez que al dormirse en realidad se despierta?
Ir sembrando dudas en el lector. Algo parecido a lo hecho en la película “12 monos”, en donde se juega con la sensación del espectador de no saber si en verdad el protagonista viene del futuro, o si esta prisionero de sus propios delirios esquizofrénicos. Al final, dejar en claro de que se trataba la historia, y develar la dimensión verdadera. O no develarlo, y dejar un interrogante aún mayor: ¿Realmente hay una dimensión verdadera? ¿Llegaremos algún día a conocerla? ¿Quién es el juez que dirá si lo que vivimos, lo que soñamos, lo que fantaseamos fue real o fue un invento?
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