“¿Los viajes existen?” (Nota de lectura de "Contra el Turismo", por Diego Taitán)

“No es necesario que salgas de tu casa. Quédate junto a tu mesa y escucha. Ni siquiera escuches, espera. Ni siquiera esperes, quédate completamente quiero y solo. Se te ofrecerá el mundo para el desenmascaramiento, no puede hacer otra cosa, extasiado se retorcerá ante ti”. Franz Kafka.


En la sociedad capitalista de hoy en día, se nos permite gozar de ciertos placeres que nos brindan una aparente sensación de libertad. Pero hay una realidad. En el capitalismo nadie es libre, ni siquiera el capitalista, ya que incluso este esta obligado a invertir su capital, ponerlo en riesgo, y producir, algún bien de mercado que se considere valioso como para brindar su subsistencia. Mucho menos nosotros, los humildes proletarios , la clase dominada. Se nos deja respirar, cada tanto recibimos bocanadas de aire fresco, pero que no son más que esporádicas e ilusorias. Una de ellas, el turismo.

¿No resulta irónico pensar que el “escape a la rutina y a la malaria del año” promovido por las empresas turísticas, este englobado bajo los mismos patrones lógicos que encierran nuestra vida cotidiana? Nos proponen un escape que en realidad, por más que sea Cancún, Tokio, La India, Londres, o Chascomús, es más de lo mismo. El paisaje cambia, pero no cambia la modalidad, ni la lógica, ni los patrones, ni las relaciones ni mercado, ni el sometimiento. Es una relación más de intercambio de bienes. Yo pago, ustedes me venden el paquete, hago el viaje, soy feliz por un corto periodo de tiempo, vuelvo conforme ( o no ) y continúo con mi “espléndida” vida de esclavo del valor.

En el texto de Diego Tatián se nos manifiesta la idea de que se extinguieron los viajes tal como los conocíamos. Personajes como Marco Polo, Colón, o Schowb, hoy son señorones burgueses de cuello y corbata dispuestos a comprar el paquete más accesible y con más excursiones rumbo a las cataratas. Se pasó de la promesa a encontrarse con lo desconocido, a desear lo conocido. Es muy raro hoy en día que alguien emprenda un viaje dispuesto a perderderse, a visitar un lugar inhóspito, a desentrañar algún paraíso secreto. En la actualidad, el 99% de las personas, antes de emprender un viaje, desean que todo este planificado hasta en el más mínimo detalle, desarrollan un inventario de lugares donde ir y actividades que realizar, y tratan de no salirse del mismo. La incertidumbre ante la sorpresa se transformó en rechazo. El capitalismo y sus lógicas de mercado parecen haber vencido.

Sin embargo, aún creo que los viajeros existen. En esto, estoy en desacuerdo con el autor. Creo que no todas las personas, aunque si la mayoría, hoy en dia se someten a la escalera mecánica del Capitalismo Burgués, y se mantienen inmanentes avanzando y avanzando hasta el fin de los tiempos. La rebeldía, aún en el mayor grado de subordinación, existe. Aún quedan jóvenes que con dos pesos en el bolsillo emprenden un viaje sin rumbo. Personas que con una mochila descosida toman la ruta más cercana y, dejando todo atrás, se dedican a recorrer el país o el continente sin fecha de regreso. O una pareja de enamorados que, juntando peso por peso, no eligen el lugar a conocer, sino eligen estar juntos. Por todo eso, sostengo, que los viajes aún existen, sólo que es muy difícil hallarlos. Tal vez debemos hacerle caso a Kafka, y sentarnos a esperar .